Saturday 8 November 2014 Libia Y La Contrarrevolucin De Las Redes Sociales

Libia Y La Contrarrevolucin De Las Redes Sociales
LIBIA Y LA CONTRARREVOLUCI`oN DE LAS REDES SOCIALES

Por Carlos Fonseca Ter'an. 23 febrero de 2011 Quienes rechazan las ideas revolucionarias o las falsifican, son los primeros en llamar revoluci'on a cualquier disturbio social que ocasione el cambio de un gobierno por otro. Algo distinto es que dichos disturbios lleven consigo la posibilidad de un cambio revolucionario, por remota que 'esta sea. En ninguno de los sucesos actuales del mundo 'arabe, se perfila ni por asomo la posibilidad de un cambio en este sentido, es decir la sustituci'on de un sistema por otro que sea socialmente m'as avanzado, en gran medida debido a la inexistencia de organizaciones pol'iticas con la capacidad objetiva de lograrlo y del liderazgo con las condiciones para ello.

Est'a bien que un pueblo se rebele contra un r'egimen opresor, tir'anico y servil ante los intereses del imperialismo norteamericano. Pero tambi'en hay que poner bajo sospecha cualquier cosa que cuente con el aparente benepl'acito de 'este, tal como ha ocurrido en T'unez y Egipto, donde de forma aparentemente parad'ojica, los reg'imenes reci'en derrocados eran aliados de Estados Unidos. El imperialismo parece estarse deshaciendo de sus antiguos aliados dictatoriales en los pa'ises 'arabes al convertirse 'estos en un estorbo para su objetivo de contar con el pretexto de la democratizaci'on occidentalizante en aras de su intervenci'on en esa regi'on del mundo y el saqueo de sus recursos energ'eticos. Se est'an manipulando los anhelos libertarios de los pueblos 'arabes, con la expectativa de que los fen'omenos actualmente en marcha se extiendan a todo pa'is donde haya un r'egimen considerado como dictatorial por la visi'on euro-angloc'entrica u "occidental" del mundo. Pero el inter'es norteamericano en los cambios del mundo 'arabe no est'a ni siquiera en funci'on de esto, lo cual no es m'as que expresi'on de una coartada para terminar deshaci'endose de aquellos gobiernos que no responden a sus intereses imperiales, como Libia y Siria.

A Estados Unidos poco le importa sustituir a un monigote por otro en T'unez y Egipto, si esto le da la posibilidad de sustituir tambi'en un r'egimen revolucionario por un gobierno servil en Libia o posiblemente tambi'en en Siria. Y todo se est'a haciendo por la red social facebook; es la contrafacebookluci'on, nueva variante de la estrategia global norteamericana: la redbeli'on lump'enica global teledirigida, cuya carne de ca~n'on son l'umpenes exaltados, avanzadilla de la decadencia cultural y civilizatoria occidental. El truquito consiste en revueltas aparentemente angelicales contra reg'imenes desp'oticos y absolutistas al servicio de los intereses imperialistas (T'unez, Egipto, Marruecos, Bahrein, Yemen, quiz'as - y ojal'a - Arabia Saudita) a cambio de que ocurra lo mismo con gobiernos hostiles a dichos intereses (Libia, Siria), pero sustituy'endolos a todos con gobiernos tan subordinados a Estados Unidos como los derrocados en T'unez y Egipto.

Sacar a la calle a una buena parte de quienes adversan a un gobierno es cuesti'on de m'etodo y circunstancia; el m'etodo: la incre'ible facilidad de comunicaci'on en el mundo electr'onico de hoy; la circunstancia: una suma de inconformidades por la raz'on que sea en un momento dado, que casi siempre existe, con democracia o sin ella. Se trata de una circunstancia latente en espera de un m'etodo catalizador. Y una gran cantidad de gente en la calle le da legitimidad a cualquier cosa; incluso, si a alguien le sirviera de algo y se propusiera sacar a la calle a todos los ladrones, homicidas y violadores de cualquier pa'is con m'as de diez millones de habitantes, tendr'ia decenas de miles de personas garantizadas; pero eso evidentemente, no ser'ia representativo de ning'un pueblo del mundo.

Sin que se trate del caso de Egipto, por supuesto, el ejemplo anterior tiene que ver con un problema cuantitativo que s'i es aplicable a dicho pa'is, donde a'un tomando como ciertas las informaciones que daban cuenta de un mill'on de personas en la plaza Tahrir, esto equivaldr'ia aproximadamente apenas al 1.72% de la poblaci'on votante en Egipto y al 1.2% de su poblaci'on total. Si se toma como referencia la cifra seg'un parece m'as realista de 300,000 personas reunidas en dicha plaza, esto equivaldr'ia al 0.52% de la poblaci'on votante y el 0.36% de la poblaci'on total de ese pa'is, cuya poblaci'on es de 83 millones de habitantes y su poblaci'on votante, de alrededor de 58,100.000.

En cualquier caso, aunque es una minor'ia muy activa no se le puede necesariamente conferir una representatividad m'inimamente aceptable de la voluntad de todo el pueblo egipcio; sin pretender con esto entrar a hacer valoraciones acerca de si las manifestaciones que all'i ocurrieron fueron o no aut'enticamente populares. A fin de cuentas, todos los cambios pol'iticos o sociales que se dan producto de la participaci'on masiva del pueblo tienen la caracter'istica de que sus protagonistas siempre constituyen una minor'ia, pero muy activa. Aqu'i solamente se pretende alertar en el sentido de que la representatividad popular de acontecimientos de este tipo no es algo objetivamente verificable - como s'i lo fueron las elecciones que en Argelia y en Gaza ganaron, en su momento, las fuerzas fundamentalistas isl'amicas y que sin embargo, fueron moralmente anuladas de forma abusiva y nada democr'atica por todo el mundo occidental que ahora aplaude lo que sucedi'o en T'unez y Egipto -, adem'as de que en un pa'is puede tratarse de una aut'entica rebeli'on popular y en otro no, pudiendo ser en cambio, un experimento de manipulaci'on dirigido desde afuera; tal como podr'ia ser el caso de Libia, donde es muy dif'icil concebir que esto suceda en vista de que el modelo all'i vigente es de democracia directa, y donde adem'as el l'ider principal del pa'is no tiene cargo alguno al cual renunciar como respuesta a las que se pretenden presentar medi'aticamente como demandas populares.

En Libia la situaci'on parece haberse salido de control en cierto modo por el nivel de respuesta del gobierno, no estando preparadas las fuerzas armadas y de seguridad para este tipo de situaciones, completamente inusuales en ese pa'is debido a su r'egimen pol'itico, donde pueblo y gobierno han sido parte de una misma institucionalidad. Lo que all'i se est'an dando no son manifestaciones, sino motines delincuenciales, saqueos, todo apuntando a la desestabilizaci'on.

Si algo va quedando cada vez m'as claro es que existe un inter'es deliberado, un plan orquestado y dirigido por Whashington cuyo objetivo es desestabilizar a los pa'ises cuyos gobiernos no le son afines, y en aras de dar legitimidad a los sucesos vinculados con dicho plan el imperialismo no duda (como siempre) en deshacerse de aliados que se han vuelto inc'omodos en vista de los pretextos "democratizadores" utilizados para dicha desestabilizaci'on (as'i paga el Diablo a quien bien le sirve).

A diferencia de T'unez y Egipto, en Libia no existe un r'egimen cuya actuaci'on se subordine a intereses externos, y seguramente ese pueblo revolucionario (que institucionalmente es a la vez gobierno) resistir'a hasta las 'ultimas consecuencias, por alto que sea el costo pol'itico a pagar. All'i tiene pocas posibilidades el escenario de un derrocamiento del gobierno, y en el peor de los casos es m'as probable una guerra civil - siempre que la oposici'on cibern'eticamente fabricada por el imperialismo sea provista por 'este de la suficiente capacidad b'elica - o como ya alert'o Fidel Castro, una intervenci'on armada de la OTAN (enti'endase de Estados Unidos). No puede descartarse, sin embargo, que las famosas ciber-"revoluciones" tengan como resultado una mayor cantidad de reg'imenes de derecha en la regi'on isl'amica, incluyendo la sustituci'on de dictaduras militares pronorteamericanas por reg'imenes civiles y "democr'aticos" igualmente pronorteamericanos. En el caso de Egipto, una muestra del control de la situaci'on por Estados Unidos fue el comportamiento de las fuerzas armadas, cuya imagen fue lavada h'abilmente mediante su aparente neutralidad en el conflicto, como reserva moral del r'egimen que logr'o sobrevivir a la debacle tomando el mando con cero costo pol'itico, tal como esperaban Estados Unidos y Mubarak.

Por todo lo antes dicho, llama la atenci'on que cierta izquierda tradicionalmente esc'eptica (ahora bien cibern'etica, por cierto, y no escasa de elementos "ultra") que siempre ha desconfiado de toda revoluci'on triunfante, ahora se ponga de pronto tan euf'orica por el derrocamiento de los gobiernos de T'unez y Egipto que evidentemente no representa cambio social alguno, y clame por el derrocamiento de gobiernos revolucionarios como el de Gaddafi en Libia. Es m'as, a'un acept'andosele en 'ultima instancia a esa "izquierda" la hip'otesis peregrina de que los modelos venezolano, nicarag"uense e incluso, ni siquiera el cubano sean revolucionarios o vayan hacia el socialismo; a'un en ese caso extremo estar'ia fuera de toda discusi'on que por lo menos, estos modelos tienen m'as que ofrecer en t'erminos de cambio social, que los reg'imenes resultantes de los sucesos en T'unez y Egipto; pero mientras esa izquierda de sal'on cibern'etico rechaza el modelo socialista cubano y el rumbo bolivariano, sudamericano y sandinista al socialismo, celebra los triunfos "revolucionarios" en los dos pa'ises mencionados.

El 'exito inicial de la casi evidente maniobra imperialista contra el r'egimen popular y revolucionario en Libia constituye una muestra de que tan insuficiente es el partido en el poder pol'itico sin un poder ciudadano plenamente desarrollado y asumiendo su rol dentro del modelo de la democracia directa, como un poder ciudadano instaurado y experimentado sin que el proceso cuente con la conducci'on pol'itica que s'olo puede ser ejercida eficazmente por una organizaci'on cuyo contenido de trabajo est'e definido por ese importante rol. Este 'ultimo, es posiblemente el caso de Libia, donde es de esperarse sin embargo que a pesar de todo, el pueblo sepa defender sus conquistas bajo la conducci'on de Muammar Gaddafi, 'unico caso en la historia hasta ahora, de alguien que ha renunciado a todos sus cargos manteniendo su liderazgo pol'itico intacto. Los revolucionarios libios seguramente no se amilanar'an ante la avalancha medi'atica y la guerra psicol'ogica del imperialismo, y sabr'an responder con la efectividad requerida al actual reto que se les ha planteado.

LA DIVINIDAD NOS BENDICE SIEMPRE. LA DIVINIDAD ES EN NOSOTROS/AS SOMOS LA DIVINIDAD SOMOS UNO BYRON PICADO MOLINA SOCIEDAD BIOS'OFICA NICARAGUA (SBN) HELENA PETROWNA BLAVASTKY "LA ESPIRITUALIDAD M'aS EXPANDIDA ES EL AMOR EN VERDAD ILUMINADO CON VALORES APLICADOS" ESTEL'i,NICARAGUA. AM'eRICA CENTRAL (RED NICARAG~aENSE DE LUZ) HTTP://SINTESIS-NICALUZ.GALEON.COM

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